miércoles, 10 de abril de 2013

Violencias de género en los medios

Son muchos los casos de violencia que aparecen en los medios de comunicación porque muchos son los que suceden a diario, pero hay que tener especial sensibilidad a la hora de informar acerca de los casos de la llamada violencia de género y lamentablemente quedan en evidencia las carencias formativas en estos casos.

Personalmente coincido con la definición de Leonor Cantera Espinosa que expone en su estudio 'Más allá del género. Nuevos enfoques de nuevas dimensiones y direcciones de la violencia en la pareja' (2004):

"La violencia en la pareja es aquella que puede darse antes, durante y después del establecimiento de una relación formal entre dos personas y que puede acontecer dentro o fuera del espacio físico y social delimitado por los territorios 'doméstico', 'familiar', 'conyugal' o 'del género'".

El asesinato de Ana Orantes marcó un antes y un después en el tratamiento informativo de esta violencia. Para refrescar algunas memorias, Ana Orantes acudió en diciembre de 1997 al programa de testimonios de Canal Sur 'De tarde en tarde' para denunciar las décadas de violencia física y psicológica a la que fue sometida por parte de su exmarido. Las amenazas de muerte se cumplieron y días después de esta denuncia televisada él terminó asesinándola en un acto que estremeció a toda la sociedad. Los medios no fueron ajenos a este caso y, en mayor o menor medida, se hicieron eco de este horror. Se ponía cara y nombre a una situación que se sucedía en muchas casas pero que estaban silenciadas por pertenecer al ámbito privado.

La reacción de unos medios de comunicación y otros fue diferente, en 1996 El Mundo cambiaba a su jefa de la sección de Sociedad y se hacía un seguimiento exhaustivo del caso de Orantes y de los siguientes que seguían produciéndose. Por su parte, El País reconocería más tarde que no dedicó ni demasiado espacio ni mucho interés al caso. El Defensor del Pueblo andaluz decía en 1998 esto acerca de la violencia de género: "Históricamente ha carecido de interés social y jurídico".

Los medios tuvieron también que ponerse las pilas y, aunque todavía se ven barbaridades tremendas en el tratamiento de las informaciones, hay otras iniciativas que procuran proteger sobre todo a las víctimas. Así, se colaron en los libros de estilo las primeras recomendaciones para abordar las violencias de género en nuestros medios de comunicación.

Aquí transcribo las reglas fundamentales de la FAPE (Federación de Asociaciones de Prensa Española) del año 2005. Es el Tratamiento de la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación. Recomendaciones para las buenas prácticas en la información sobre violencia de género, firmado por Julia Yébenes Alberca.

1. Tratar la violencia de género como una violación de los derechos humanos y un atentado contra la libertad y dignidad de las personas.

2. Evitar el sensacionalismo y el morbo tanto en el contenido (redacción) como en las formas (imágenes fotográficas y televisivas).

3. Hay que contrastar las noticias.

4. No se deben presentar las agresiones a las mujeres como situaciones aisladas, porque se trata de una plaga social que afecta ya a millones de mujeres en todo el mundo.

5. Asimismo, los medios de comunicación social deben ejercer su influencia mediática para difundir valores educativos y culturales no sexistas.

6. Los medios deben comunicar un respaldo social hacia las víctimas con la divulgación de noticias sobre mujeres que han logrado librarse de los malos tratos y rehecho sus vidas.

7. Huir de los estereotipos de marginalidad referentes a la nacionalidad, cultura o creencias.

8. No hay que recoger expresiones recurrentes que aludan a la belleza femenina, adjetivaciones o comentarios despectivos porque justifican como normalizadas posiciones machistas amparadas por el poder del hombres sobre la mujer.

9. Hay que preservar la intimidad y procurar el anonimato de la víctima.

10. Los agresores han de ser presentados con un perfil que dibuje su conducta y con detalles que demuestren que nunca tienen justificación, pero respetando su presunción de inocencia.

11. Hay que poner de manifiesto que puede haber otros afectados por la violencia.

12. Rectificar cualquier información errónea que se haya podido difundir sobre un caso de malos tratos.

Son doce premisas que además de mejorables son ignoradas en muchas ocasiones y de manera reiterada en algunos medios de comunicación. Se cae fácilmente en el sensacionalismo o amarillismo o se remarca la nacionalidad de las personas implicadas en la información, no es raro encontrar las siguientes afirmaciones: "víctima de nacionalidad ecuatoriana", "agresor de nacionalidad marroquí". Como si eso fuera lo importante.

Falta formación en las personas que trabajan en los medios de comunicación, yo no tuve ninguna formación con respecto a esta materia en mi época de estudiante de Periodismo, lo mucho o poco que tengo en mi mochila se lo debo a una formación aparte de la formal y a una inquietud en estos temas que me ha llevado a leer, a investigar y a no conformarme con seguir la corriente general. Las violencias de género no son un suceso más como lo son el atraco a un banco o a la intercepción del alijo, va mucho más allá, obedece a una estructura social enferma y que tenemos el deber de denunciar. Y como con todo, hay que tener voluntad en hacerlo.

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